La mentalidad de tiburón en el mundo laboral
Últimamente, se ha puesto muy de moda la famosa mentalidad de tiburón… Pero imagina, por un momento, que estás bajo los efectos de un extraño hechizo del que no puedes escapar y te enfrentas al dilema de unirte a una colonia de hormigas o a una manada de tiburones.
El reino animal nos ofrece un sinfín de ejemplos de comportamientos organizativos, algunos de los cuales pueden arrojar luz sobre nuestras propias decisiones empresariales.
Hormigas VS tiburones
Las hormigas son conocidas por su capacidad para trabajar en conjunto con un objetivo común: la supervivencia y el bienestar de la colonia. Cada miembro tiene un papel específico y desempeña su función sin egoísmo, contribuyendo al bienestar general. Los tiburones, en cambio, son sobradamente conocidos por su naturaleza competitiva y jerárquica. Compiten por la supremacía y el acceso a los recursos, solo los más fuertes y astutos sobreviven, mientras que los demás pueden quedarse atrás.
Un ambiente en el que poder destacar contribuyendo al bienestar general del equipo
Aunque esta elección pueda parecer un tanto absurda, tiene similitudes con las dinámicas que a menudo enfrentamos en el mundo laboral. La cooperación es esencial para la armonía de un equipo y la competencia puede impulsar la innovación y el logro personal. La clave está en encontrar el equilibrio adecuado, donde la competencia sea constructiva y la colaboración sea una piedra angular de la cultura corporativa. Deberíamos esforzarnos por cultivar un ambiente en el que los individuos puedan destacar, pero también contribuir al bienestar general del equipo, reconociendo que ambos enfoques tienen su lugar y su valor, y que la sabiduría radica en saber cuándo y cómo aplicarlos.